martes, 21 de septiembre de 2010

Es libertad o comunismo
- Alberto Pineda / Abogado
La responsabilidad que tenemos en el país es inmensa. Debemos cambiar con nuestro voto la orientación comunista que se nos pretende imponer, por un gobierno déspota, forajido y violador de los derechos ciudadanos, por lo cual debe recibir el castigo del pueblo. Debemos ratificar nuestra idiosincrasia y firme propósito de vivir en democracia.
No sólo se trata de elegir diputados para que se acomoden y obtengan privilegios, el reto que tendrán será restituirle el honor a la República, ultrajado por una Asamblea Nacional que con su actuación complaciente, sometió su autonomía e independencia a las órdenes del mandón.
No más leyes arbitrarias y lesivas a la normativa constitucional. Acudamos a los centros de votación con espíritu combativo y claro, convencidos que nada puede doblegar la voluntad ciudadana de vivir en libertad.
Que los candidatos a elegir por el pueblo opositor entiendan que la investidura que tendrán a partir del 26-S, no es una regalía, sino una obligación que se origina en la decisión que tenemos de votar en contra de quien ha engañado, humillado y desprestigiado al país, causando un profundo daño a sus habitantes, a límites nunca antes conocidos.
Lo que está por definirse es que tengamos en la nueva AN una representación que responda a los intereses del pueblo, antes que a los políticos partidistas. La hora que vivimos y los días por venir exigirán muchos sacrificios y entrega y un criterio definido de lo que debe hacerse para detener esta barbarie que ha venido destruyendo todo lo que significa libertad.
Nada de lo que se ha hecho ha sido improvisado, todo ha obedecido a una planificación cuartelaria de unos conspiradores, que se trazaron la meta de adueñarse del país, para saquearlo, lo que ahora llaman socialismo, después de haber manipulado al pueblo con promesas de cambio, que nunca llegaron, que lo han hecho más pobre y miserable, convirtiéndole en limosnero de la riqueza petrolera manejada con impunidad y delictualmente.
Ese socialismo, no es otra cosa que comunismo, al que debemos derrotar. La escogencia no tiene complicaciones: Es democracia o comunismo, es libertad o dictadura, es propiedad privada o confiscaciones. Usted decide.

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