lunes, 9 de mayo de 2011

Fábrica de Sueños

Durante los últimos años, la universidad venezolana ha demostrado que es el verdadero motor que puede hacer salir adelante a una nación, es una realidad el hecho de que todos los días en los pasillos, salones, en la calle y desde cualquier lugar, donde nuestras casas de estudios tienen incidencia estamos batallando contra la indolencia de un gobierno que más que exterminar a nuestras universidades, pretende liquidar los sueños y esperanzas de un país.
Pues bien el panorama muchas veces es desconsolador, depende de nosotros el cambiar esta realidad, el alzar nuestra voz de protesta, mantener firmes nuestras convicciones y saber que sin populismo, desde las aulas se han formado a los profesionales del ayer, de hoy, y los que vendrán mañana.
Ante todo este panorama, sin duda podemos hablar de la Universidad como la mayor fábrica de sueños que tiene el país.
Esa fábrica que a pesar de no contar muchas veces con las condiciones económicas óptimas, trabaja sin descansar.
Pese a que nuestros docentes siguen teniendo “sueldos de hambre”, siguen preparándose académicamente para dar más de lo que se espera de ellos en las aulas, y nuestros estudiantes atentos para aprender lo más que se pueda, casi siempre con los bolsillos vacíos, pero con el morral full de esperanzas.

Hoy la lucha sigue en pie, la amenaza aún no acaba, pero lo que sí tenemos claro es que los estudiantes estaremos firmes, sin miedo, siendo el pan que saldrá del horno con toda su sabrosura para la boca del pobre que come con amargura.

Nuestro glorioso movimiento estudiantil es referencia de lucha no violenta para el resto del mundo, y una amenaza latente para los dictadores del siglo XXI; cuando los estudiantes salen a la calle no hay Gobierno que pueda detenerlo.

Las agresiones sufridas por el compañero Lorent Saleh en Barinas son muestras del temor que tienen a los estudiantes; es importante señalar que no sólo hemos luchado por preservar nuestras universidades funcionando, sino que hemos alzado nuestra voz de protesta, cuando se han cerrado medios de comunicación, violando el derecho de los ciudadanos de estar informados y peor aun de decidir qué ver.

Hemos salido a las calles cuando en los tribunales del país más que impartir justicia se obedece al castigo político a una persona o simplemente nos mantenemos en los barrios haciendo labor social al lado del que le prometieron en campaña y nunca le cumplieron a ese pueblo que aún tiene la esperanza viva de algo mejor.

Por eso para este Gobierno al que le quedan 579 días, a ese populista, mentiroso que no cumple lo que promete, los estudiantes y la fábrica de sueños que se refleja en las universidades formadoras por excelencia de jóvenes con pensamientos críticos y que no se dejan meter gato por libre.

Ellos siempre serán una amenaza latente, seguiremos luchando jugándonos a Rosalinda para que en nuestras manos no se pierda el futuro, y por cambiar este presente. Todos siempre debemos preservar el corazón de estudiantes, que no es más que luchar por ideales, convicción y un país mejor para todos.

Estudiante de la Universidad de Carabobo
@luismagallanes8 

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