La semana pasada, después de tres días de ausencia, el
paciente montó una obligada transmisión en cadena, difundiendo una reunión de
su gabinete. Sin embargo, Chávez, al no haberse recuperado de la recaída de sus
síntomas, no tuvo la fuerza necesaria para salir del complejo médico en
Miraflores. Sabiendo que los medios de comunicación, incluso S.O.S., informaron
sobre su larga ausencia, el paciente se sintió obligado a mostrar la cara.
¿Qué
lugar más seguro que un cuarto en Miraflores, rodeado por sus socios confiables
y grabado por sus empleados de gobierno? Sin embargo, esta no es la primera vez
que Chávez hace una maniobra de este tipo. Durante los últimos meses, el
paciente ha usado la misma estrategia varias
veces. Justo cuando los venezolanos comienzan a preguntarse sobre lo
que le ha pasado al paciente, él muestra su cara en la televisión bajo las
condiciones más controladas posibles.
Puede controlar las cámaras, la discusión
y hasta terminar el evento temprano si se siente demasiado enfermo para
continuar. Incluso, los eventos pueden ser grabados
de antemano y ser
transmitidos posteriormente, escondiendo así cualquier señal vergonzosa que
muestre qué tan enfermo está el paciente en realidad. El mejor ejemplo que
hemos visto fue en mayo, cuando, después de 11 días de haber estado escondido
del público, apareció
en una reunión de sus ministros.
Nosotros, entre muchos otros,
habíamos especulado que la recuperación del paciente no andaba bien tras
recibir seis ciclos de radioterapia. Sin embargo, al acercarse las
inscripciones, Chávez sintió que tenía que empezar a hacer apariciones para
disipar cualquier duda de las mentes de los venezolanos. Pero todo fue puro
teatro, una oportunidad controlada para aparecer frente al país y tratar de
convencer al pueblo de que todo estaba bien. En realidad, lo que vimos fue a un
paciente cansado, sentado durante la transmisión entera. Nunca mostró sus
piernas, caminó o habló de su salud. Después de este engaño, Chávez desapareció
de nuevo por seis
días, y repitió su aparición en Miraflores, pues aún no estaba
suficientemente sano para hacer algo más que sentarse y hablar.
De hecho, la aparición en
el cuarto estéril y controlado de Miraflores se ha convertido en un evento
repetido desde la
recaída del cáncer de Chávez. En estas apariciones, el paciente trata de
mostrar a los venezolanos que está sano, mientras en realidad está demasiado
enfermo para salir del palacio. Es lo mismo que pasa con su coche
fúnebre de campaña o los
pasamanos que vimos en
su inscripción. Ciertos eventos lo han obligado a aparecer ante el público, a
pesar de las recaídas de su enfermedad, y ha hecho todo lo posible por
llevarlos al cabo sin mostrar evidencia de su mala salud.
Ya les habíamos advertido
anteriormente que el paciente no iba a poder continuar haciendo apariciones
públicas por mucho tiempo. El PSUV
es muy hábil para presentar a un Chávez que parece sano en la televisión.
Por esta razón, anticipen más eventos así durante las últimas semanas de la
elección. Sin embargo, Chávez sólo podrá aguantar un número limitado de
apariciones públicas, y ya que ahora Capriles es el favorit o, el paciente tendrá
que mostrar la cara lo más que pueda. No obstante, esto no significa que esté
sano, en realidad significa exactamente lo opuesto.
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